El epítome de la filosofía consumista, y el día que inicia la temporada de las compras navideñas lleva ese nombre que resulta tan llamativo para los cazadores de ofertas, como dañino para el planeta.
El Black Friday o el viernes negro, cautiva a los consumidores con sus ofertas, descuentos, y promociones que incitan el deseo de querer más, de poseer objetos que en la mayoría de los casos no son realmente necesarios.

Su origen se remonta a los años 60, cuando los empresarios minoristas estadounidenses en su deseo de aumentar ventas durante la temporada festiva, escogieron el primer viernes después de acción de gracias como el día ideal para ofrecer descuentos, y así recuperar algo de dinero proveniente de mercancía que no se había vendido durante el año.
Las calles y las aceras de las principales ciudades estadounidenses, se llenaban de personas que se agolpaban contra las vidrieras y puertas de las tiendas buscando pescar alguna oferta, ocasionando también peligrosos cardúmenes de gente que corría por las avenidas arrasando con todo lo que se encontraban a su paso, y en algunos casos la situación se tornaba tensa y se presentaban actos vandálicos.
La fuerza policial en vista del esfuerzo extra que debían desempeñar para aplacar el caos, empezó a llamar este día tan particular como “viernes negro”.

También existe otra definición que afirma que el origen de su nombre se debe a los cuadernos contables de los administradores de estos negocios, que veían como los números rojos plasmados en aquellas hojas (sinónimo de pérdida económica), se transformaban poco a poco en números negros regulares.
La realidad es que más allá de la hecatombe consumista que provoca el Black Friday, la huella de contaminación que deja tras de sí ha sido objeto de estudio durante los últimos años ,en los que las ventas a través de páginas web (E commerce) han sido las protagonistas al ser las causantes directas de gigantescas emisiones de carbono, que son producidas a su vez por los diversos métodos de transporte utilizados para llevar directamente al cliente su compra.
En el año 2019, un estudio llamado E shopper barometer, indicaba que un 12% de las compras en Europa eran realizadas a través de la web, cifra que se espera que aumente dadas a las condiciones de aislamiento preventivo que han puesto en marcha algunos países europeos, y que es un claro incentivo a que las personas utilicen de más compras online.
Estas ventas cibernéticas son mucho menos ecológicas que las tradicionales, ya que influyen de manera directa en la afluencia de envíos y devoluciones de paquetes, sobretodo en el área de la indumentaria, en donde la distancia no permite el medirse las prendas de vestir y calzar.
El consumo indiscriminado afecta al medioambiente directamente, puesto que implica la transformación de recursos naturales y materias primas en productos elaborados que en la mayoría de las ocasiones no están justificados, y cuyo uso no es suficientemente intensivo como para compensar el daño ambiental.
Si quieres formar parte del cambio aquí te dejamos algunas acciones que puedes poner en práctica, inclusive si quieres aprovechar algunas ofertas durante el Black Friday
1.-Compra con inteligencia: En el caso de la indumentaria, decántate por prendas básicas, esas que son esenciales y atemporales, que además de que las vas a utilizar durante mucho tiempo, te van a servir para combinar con muchas otras piezas.
2.-Un solo pedido, un solo paquete: Si vas a comprar a través de tiendas virtuales, trata de hacer el pedido en una sola tienda, de esta forma se hará solo un embalaje con todo lo que ordenaste, y así la cantidad de desechos que generes con tus compras será mínimo.
3.- Opta por calidad y sostenibilidad: Adquirir prendas que provengan de marcas con óptica sostenible, y además presten atención al proceso de elaboración de sus productos, es una forma activa de colaborar sin desprenderte del todo del disfrute que ofrece la experiencia de compra.
4.-Regala experiencias: Una buena forma de sustituir las compras de regalos, es obsequiando tiempo a tus seres queridos, y es el reemplazo perfecto para muchos regalos materiales que en la mayoría de los casos, no transmiten por completo el cariño y afecto que deseas comunicar.
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